Diezmos (1)

Diezmos (1)

Quisiera querer quererte,
yo me quiero para ti,
me doy de parte de mí,
te me entrego así: a la suerte.
Quererte quiero muy fuerte,
con sentimientos espesos
y los hábitos traviesos
que por fortuna aprendí
de aquel muchacho que fui
con más corazón que sesos.

Alias

Con más corazón que seso
campea la juventud
cuando serlo no es virtud
sino del tiempo poseso.
Sucumbir a su embeleso
es asunto temporario
pues de pronto el calendario
te hace ver lo no visible:
que se ha quemado el fusible
y no hay luz en el armario.



Gracias por entrar, Alias, y que se repita!!!

Saludos,
Lily

Gracias Lily, por tu recepción. Por aquí nos seguiremos viendo, si me lo permites.

Nuevamente gracias.

Alias

Acróstico

Lo que siempre pretendía
Ostentaba mi ambición
Solo era mi pasión
De tener el alma mía
Iingenuo lo conseguía
Entre dimes y diretes
Zorro es el gran bonete
Mesquinando el destino
Otros dirán ¡Que ladino!
Sacudido como barrilete

No existe diezmo más pío
que comulgar en tu espalda,
y del borde de tu falda
bebo el cáliz de rocío
con que mis culpas expío.
Soy el feligrés que cuida
que no quede convertida
la mujer en censurada
religión descontinuada
ni en deidad destituïda.

Ni en deidad destituida
A través de la historia
Solo guarda memoria
La razón en la huída
Que la pasión cuida
En nombre de un salvador
Mejor dicho cuidador
De nuestros propios pecados
De ellos todos salvados
Por un diezmo de valor

Por un diezmo de valor
yo me veo hoy arruinado,
del gobierno yo soy criado
no es sólo mío el dolor,
y yo alucino en color
cuando pago mis impuestos
para fines deshonestos,
pienso que esto es un ultraje
si es "el Costa" ese del traje,
la merced de mis tributos...

La merced de mis tributos
se destinan como el tuyo
te digo que no rehuyo
pero si es cosa de brutos
que se dan atributos
con lo que no les pertenece
y un defalco aparece
en arcas de la ciudadanía
se roban la alcancía
y despues desaparecen

Por culpa de la serpiente
así comenzó la historia
y da vueltas como noria
es sabido y elocuente
pero el hecho evidente
que nos deja tentación
actuamos en ocasión
y sin pedir la disculpa
buscamos pagar las culpas
con el diezmo del perdón.

A golpe de talonario
muchos cubren sus deslices
pero nunca son felices
aunque digan lo contrario.
Sea real o imaginario
el "pecado" nunca paga
y a la larga es una daga
que se revierte hacia uno
y no conozco a ninguno
que en pagar quede a la zaga.

Que a otros causó caida
y pocos se lamentaron
tal vez hasta festejaron
por fuerte y dolida
tristemente sometida
la conciencia y sin razón
está en boga el perdón
en público acto corrupto
no salvara del exabrupto
este diezmo en cuestión