En árboles vivió el antecesor
del hombre, que pobló después la tierra
y desde ese momento su alma encierra
horrible y terrorífico temor.
Nos viene el más allá a nuestra memoria
sin poder apartarlo de la mente
y al hombre no le ha sido indiferente
incluso desde antes de la historia.
El temor a su piel viene cosido,
pues sabe que unos ojos le vigilan,
lo intuye, porque así siempre hubo sido,
aunque a veces los hombres no vacilan
en decir que los miedos han venido
por una religión que no asimilan.