No es más rico el que más riqueza enseñe
ni más pobre es aquél que más nos pida,
pues hay muchas sorpresas en la vida,
que ahora te diré cuando pergeñe
lo que ya estoy pensando y lo diseñe
de manera veraz. La tan traída
riqueza no será bien recibida
en el reino de Dios, aunque se empeñe.
El Señor por el pobre se decanta,
que sin duda sufrió más en la tierra,
y es que el rico ganó dinero a manta
y a todo lo mejor fuerte se aferra,
y es el pobre el que aquí lo malo aguanta
y al cielo va a parar, que Dios no yerra.