Ya veo que el reloj marca mi hora
y pienso que eso vienes a decirme;
descuida, que no voy a resistirme
y haré caso a tan ducha profesora,
para hacer lo que nunca hice hasta ahora,
que es hacer contrición y arrepentirme
y libre de pecados poder irme
contigo, de otra vida embajadora.
El tiempo lo pasé tranquilamente
sin pensar que llegaba este momento
y viendo que me lleva la corriente,
casi el ciento por cien del pensamiento
que ocupa la cabida de mi mente,
me trata con cruel hostigamiento.