A veces se presenta un monipodio
que sale cual fugaz toro de lidia
sin poder contener a su desidia,
e inventa muy falaz un episodio
contra aquél que el primero sube al podio
y genera por ello tal envidia
que acaba siendo diana de la insidia
de aquéllos, prisioneros de su odio.
Qué pena que se emplee tanta energía
en tirar de los pies a los demás
y tienes que pensar que quizá un día
en esa situación te encontrarás
y verás que esa injusta felonía
es la misma que tú a los otros das.